Debo desengañarme, aceptar que todo ha sido un juego, un juego que sólo tú sabías que existía, de no haber sido así tendrías que haber jugado sólo la partida. Tu estrategia fueron las mentiras, las falsas palabras, los besos y abrazos fingidos; y yo, yo respondía con verdades, con palabras sinceras, con besos y abrazos en los que dejaba mi alma ¿y por qué actuaba así? ¿aún no lo sabes? no sabía que estábamos jugando, el público callaba... no me enteré hasta que terminó, hasta que alguien señaló el final y me di cuenta de que habías ganado, habías ganado "tu juego", habías ganado mi corazón... Como buena perdedora, me retiré al vestuario, de donde nunca debí salir y donde sigo esperando que me reclames para echar otra partida, porque... ¿a qué no lo adivinas? me quedé con ganas de ganar... de ganar tu corazón... sólo una advertencia, ahora ya sé jugar, tú me has enseñado...
